Creo, que en algunos momentos de nuestras vidas, el destino nos enlaza con alguna canción, solo que probablemente, no nos demos cuenta. Nos movemos según esa canción, y en algún momento puntual, es solo nuestra.
Me resulta, cuanto menos curioso, el hecho de hablar siempre de 1999 en este blog como si se fuese acercando la hecatombe. Y me resulta aun más curioso, simpático incluso, que esa hecatombe haya llegado la noche en que el 2011 llegó hasta abril.
El destino, supongo.
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