dimanche, avril 10

Y daremos vueltas por la pista vacía


No hay mejor crónica para una buena noche que el estado en que queden tus zapatos.
Desde el surrealismo de gente vestida de Mickey Mouse o hombres de purpurina, hasta las colas infinitas para entrar se pasaron ayer por la Sala Flamingo. El Ochoymedio es un baúl de los recuerdos, un baúl que ahora se llenará de ropa multinacional. Creo que todos los que nos gusta el 8 opinamos lo mismo respecto al cierre, asi que me limito a escribir mi visión espacial.
Anoche había un campo imantado en el suelo que te impedía irte de aquel sitio. A las 7 de la mañana, cuando todo el mundo gritaba pidiendo otra canción, mientras cogían en hombros al hombre de las patillas infinitas, y gastábamos nuestro kit de maquillaje en dejar huella en las paredes, casi se me saltan las lágrimas.
Que trágica, diréis. Pero en el poco tiempo que llevo en Madrid ese sitio se ha llevado muchos momentos buenos -aunque no empezásemos con buen pie-. La primera y la segunda visita gijonesa, con Yelles francesas incluidas. Las escasas 3 semanas que pertenecí al club. La declaración en madrileño, que todo suena mejor. Plastilina en la tarima. Y mucho, pero mucho amor.

Lo abrirán en otro sitio, sí, y el día que lo hagan allí estaré. Pero la Sala Flamingo, Mesonero Romanos 13, quedará para la historia.





Fdo: Malu Ochoymedio

2 commentaires:

  1. yo soy el hombre de purpurina!!! jajajaja

    fue tremendo hacia tanto que no me lo pasaba tan bien, aunque he de rreconocer que hasta llore un poco,, esa sala me trae muchos recuerdos.
    Y encima me dejaron llevarme una de las lamparas que siempre me encantaron

    Edu CiudadanoB

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  2. Hola
    no he estado nunca en el 8 pero he oido hablar mucho de él, no sabía que lo cerraban.
    Preciosos los z!apatos

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