Creía que la espiaban. Toda su vida lo creyó, desde que vio El Show de Truman. Como dice mi profesor, las películas importantes son las que te cambian la vida. Importante era una palabra insignificante. Pues bien, anoche, en una de sus múltiples salidas a cenar a los lugares de siempre, se pidió lo de siempre y fue al baño de siempre. Probemos. Una vez más, solo había luz en la zona del lavabo, tuvo que dejar la puerta abierta a merced de visitas inesperadas. Descubrió el pastel. No reponían la bombilla porque al estar oscuro, no se podía ver la cámara espía colocada en el techo invisible. Después la subirían a páginas para
Esto es a lo que me refiero.
A veces, me asustas hasta a mí
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