Cuando era pequeña, tenía una teoría -una de mis tantas incoherentes teorías-. Si un día te levantabas como una mañana de verano, llegabas a la noche entre tormentas, y viceversa.
Hoy, (esto parece un ADV) amanecí maldiciendo los domingos, en el metro me crucé con una decena de personas con pasteles en mano, bien envueltos en papel y cinta de color, y me sentí tercermundista y envidiosa. Con el pelo alborotado y las medias de color -ciertamente-, una hora de viaje sin iPod da para mucho. Para mi (grata, muy grata) sorpresa, hubo un desbarajuste bloguero que me dio un vuelco, para terminar la jornada flotando entre mensajes, y miñaxoia. Con una sonrisa, que me hubiese desencajado la mandíbula.
Vaya, pues parece que no era tan incoherente al fin y al cabo.
lundi, avril 12
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nada es incoherente en nuestro mundo, que lo sepas. todo viene y va y de golpe !bum! se cae y eso es lo que hace lo nuestro, NUESTRO. Algo tipicamente bohemio y nihilista que ni nosotras mismas comprendemos.
RépondreSupprimerpor cierto,me alegra que mis desbarajustes te desbarajusten los planes, me gusta que te comas la cabeza con esta clase de cosa
y ah! encajate otra vez la mandibula, que eso no puede ser bueno para el aparato
Sí que sois incoherentes, completamente, os lo digo como mediadora entre vosotras, que os quereis hasta más de lo que pensais.
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