Huele como la funda de terciopelo rojo de una Expo Color guardada durante años. Intento descubrir el carrete necesario, intento, pensar en trivialidades. Pero tus manos siguen en mis costillas, cintura. Me atrapan el pensamiento, me enredan como los dedos entre tu pelo. No me sale ni una palabra, acerco nubes y leo evidencias notables que me, me, me, divierten.
¡Qué bonito el ciclo de la lavadora!
Hasta cuando no sabes que decir, hasta cuando te pones nervioso y ríes, y enfurruñas los labios. Es más díficil despegarse al amanecer que teniendo pegamento extra-fuerte.
Se acaba de velar todo el carrete, por no estar atenta, o demasiado.
samedi, janvier 9
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La-va-do-ra
RépondreSupprimerVas finar estercando'l to práu.
RépondreSupprimer(Recuerdo lo mal que lo pasaba en el cuarto oscuro en el aula de fotografía del piso inferior, no era capaz a enrrolar la película en menos de 15 minutos...)
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